Esta mañana me llamó mi hermana por teléfono desde la lejana ciudad donde vive, donde no se ve el mar, pero sí una meseta de tejados que abrigan mil oportunidades para quien está dispuesto a pagar el precio de atraparlas.
Hablamos, cómo no, de nuestra particular y extraña familia, infinitamente más peculiar que la de
Maribel. Cuando colgamos, después de más de cuarenta y cinco minutos intensos (mi hermana nunca hace nada a medias), me quedó como un regusto nostálgico y triste. Recordando nuestra infancia y cómo ha cambiado todo desde entonces, y toda la gente que ya no está, unos por tener que acudir a una cita ineludible, otros por querer cerrar puertas y ventanas y olvidar.
En esos pensamientos estaba, cuando sonó por la radio "Yesterday", de los Beatles. "¡Vaya! Lo que me faltaba para completar el cuadro".
Pero, de pronto, como suceden siempre estas cosas (no me caí de ningún burro, gracias a Dios), me di cuenta de que "Hoy" es mucho, muchísimo mejor que "Ayer". Yo soy más fuerte, tengo menos miedo, sé dónde estoy y quién está conmigo. Así que ahora puedo escuchar bien la letra de la canción y darme cuenta de que no habla de mí, sino de un tipo que echa de menos su pasado. Yo tengo mi presente y ese hilo mágico que me conectó con mi hermana. Tan distintas, tan parecidas.