23 October, 2007

Primera Plana

A. tenía un sueño. Hace más de veinte años que hablamos y hablamos y hablamos. Nombres masculinos han sido muchos, pero sueños, uno sólo. Curvas, rectas, esquinas, atolladeros y bifurcaciones. La Espiral. Y al final, el salto al vacío.
"Al faro" cafetería-librería. Un local antiguo del casco histórico de La Laguna, reformado con un gusto impecable. El Pulgón y yo solemos ir a desayunar los Domingos. Nos sentamos en el patio de suelo de piedra, recibiendo la luz indolente de un día de fiesta. Yo pido el desayuno Alfaro: fruta de temporada y dos tostadas con aceite de oliva y mermelada (o sin ella si estoy de mal humor). Pulgón una Coca-Cola (desayuno recomendado por la OMS) y un dulce. Él, el periódico; yo, con mi libro de turno . Y para los dos, todo el día por delante. A. entra y sale, atendiendo mesas, sugiriendo libros, preparando lecturas y eventos. Me encanta verla así, aunque en ocasiones le entre el ataque de nervios. Y me encanta porque sé que toda esa energía, la esperanza, el miedo, la lucha, quedan impregnados por todas partes, y el sueño parece más intenso, más sabroso, más real. La admiro.



G. es Leo. Pero aparte de eso, es muchas más cosas. A veces me la imagino como un león (o una leona, pero con melena, porque si no, el viento que he conseguido para esta imagen, no serviría para nada), vestida con traje de rugby. Bueno, queda raro, lo sé. Pongámosle el traje de rugby "por dentro". Lleva un par de años gastando coderas y bombillas de flexo. Y todavía le quedan ganas de escribir un blog, cuidar a los amigos, hacer queques de cardamomo y sacar fotos increíbles sin moverse de la silla. Ah, se me olvidaba un detalle sin importancia: también trabaja a jornada completa. "Me" acaba de aprobar el primer examen de la oposición. Estoy tan orgullosa que creo que he engordado.



La familia S-J está compuesta por padre, madre y cuatro hijos. No satisfechos con semejante hazaña, decidieron un buen día que cuatro no eran suficientes, y ayer se encontraron, por primera vez, con su hija Blanca NianCui en Xi'an. Me los imagino a los ¡¡¡siete!!! subiendo y bajando de aviones, los niños cansados, los padres nerviosos. Pero son gente tan generosa que han creado un blog para que sus amigos podamos vivir en primera persona toda esta historia. Esta mañana, nada más encender el ordenador, me tiré en plancha a leer las novedades. Blanca es una niña extraordinaria e intensa, que pasa del llanto a "plena boca" (de verdad, como en los dibujos animados), a la carcajada o a la concentración más profunda mientras se come un potito de fruta, experimentando, seguramente por primera vez, la combinación de sabores y texturas tan exótica. Me emociona de una manera totalmente nueva para mí el verla sonreir. Qué privilegio.



Esta es mi realidad, aunque parezca fantasía. Estos son los acontecimientos que aparecen en la primera de mi periódico. Por eso tengo siempre la boca medio abierta de asombro.