05 May, 2011

Cumpleaños FELIZ




Esta entrada hay que leerla con los altavoces y oyendo la banda sonora original que YouTube ha tenido a bien prestarme.


Cuando era chica estaba obsesionada con la serie de TV "Nacida Libre". Tanto me transportaban los capítulos a la mágica Kenia, que siempre pensé que, si tenía una hija algún dia, la llamaría Elsa. No pude esperar, y bauticé con ese nombre a una perra que me encontré, y que a la semana, se escapó para no aparecer más. Luego llamé Elsa a una gatita recién nacida que alguien me dio para que salvara pero fue un error. Así que decidí que mi hija no se llamaría Elsa. Por si se escapaba o resultaba ser varón.

Hace unos días celebré mi no sé cuántos cumpleaños, sin grandes ambiciones: tartita de Mercadona, el Pulgón, Bambú y yo. Soplé velas, repetí deseo que ya se cumplió una vez y espero se cumpla de nuevo, y abrí mi regalo: un transistor, sin mp3, ni CD, ni nada. Un transistor para que me acompañe de fondo mientras cocino, o mientras atiendo a los animales. Era justo como lo quería; ni grande ni chico, con pilas y toma de corriente, una antena de las que se dejarán doblar con el tiempo y la vida en familia, y una señal de Onda Cero potente, para que mi amado pueda supervisar las cosas que hago en la cocina.
El Pulgón se fue a hacer sus cosas de pulgón, y Bambú y yo nos quedamos probando el transistor nuevo. Lo enchufé, lo encendí, sintonicé la primera emisora que encontré, y sonó esta canción.
Cogí a Bambú en brazos, y nos pusimos a bailar dando vueltas, mientras ella se reía a carcajadas. Fue uno de esos momentos plenos, en los que tienes la fortuna de ser consciente de lo insoportablemente feliz que eres.

Cerré el círculo, y mi infancia y su infancia están unidas por la misma canción.