20 March, 2009

Por enésima vez, no.


27 de Noviembre 2004; primera manifestació0n contra el Puerto de Granadilla en la que participé. El proyecto era de un macropuerto que, en mi desinformada, instintiva y pasional opinión, iba a ser el remate final del litoral de mi isla. Porque es mía. Es el territorio que me siento capaz de defender, y donde creo que mis acciones pueden suponer alguna diferencia.
Se recogieron casi 60.000 firmas (aunque sólo 50.000 dentro del plazo establecido); ha sido, hasta el momento, la Iniciativa Legislativa Popular más respaldada en las Canarias, pero no fue tenida en cuenta por el Parlamento.




26 Noviembre 2005. Segunda cita a la que acudo, sin perder la esperanza de que sirva para algo. Procuro informarme por ver si comprendo por qué lo que yo veo tan claro, el Parlamento en peso entiende de otra forma. Me convenzo del todo de que es importante que siga saliendo a la calle. Ese año, compré una pegatina bien grande y la puse en el coche.





18 Noviembre 2006. Tercera vez. Y en esta ocasión, casi por cabezonería, porque Europa había dado luz verde al proyecto, que habìa pasado de macropuerto, a puerto industrial a secas.

Año 2007. Espero con ilusión el mes de Noviembre, para salir de nuevo, pero llega Diciembre y nadie convoca nada. Por muy convencida que esté de que hay razones para seguir manifestándome, no me parece práctico bajar yo sola a Santa Cruz con una pancarta.

Año 2008. También pasa "en blanco", aunque la pegatina sigue siendo la parte más limpia del cristal de mi coche.


14 Marzo 2009. Cuando ya estaba a punto de tirar la toalla, unas personas más entusiastas que yo, presentaron en mi nombre, aunque nunca los haya votado, una denuncia que ha hecho que las obras, por el momento, se hayan parado. Antes de que sea demasiado tarde.
Esta vez la manifestación la convocaba también parte de la comunidad científica y universitaria de Canarias, indignados y preocupados porque, para poder llevar a cabo el maldito puerto, la Consejería de Medio Ambiente (sí, de Medio Ambiente) descatalogó los sebadales de la zona, que eran LIC (Lugar de Importancia Comunitaria). El Consejero no se puso ni colorado, ni le tembló el pulso. Ya lo hago yo por él.

Y este es el resumen de mis cinco años de preocupación, implicación y asombro. He perdido la poca fe que me quedaba en los partidos políticos y su capacidad de ver más allá del dinero inmediato, pero he encontrado un montón de gente obsesionada con apagar los aparatos en stand-by, cerrar el grifo cuando se lavan los dientes, tener dieciocho cubos de basura repartidos por sus casas. Y obsesionados con cuidar y proteger la piedra en la que estoy sentada. La pequeña con nieve en el pico y la grande que se ve azul desde lejos.