03 December, 2008

Revelación










Ayer, mientras veía la televisión y leía mi libro (soy XX, puedo hacerlo), captó mi atención alguna imagen que hizo que marcara la página de lectura (justo cuando Voldemort se bate en duelo con Harry y las dos varitas de pluma de Fénix se encuentran, justo ahí). Bastaron dos segundos para que entrara en trance espiritual e hipnótico. No entiendo cómo puedo haber estado ciega tantos años. Bueno, quizá porque sólo había visto películas de ella-que-no-era-ella, sino sus personajes. Verla en filmaciones de la época fue un impacto. El guión del documental de vez en cuando escupía frases pretendidamente profundas que me fueron irritando poco a poco. Así que las orejas pidieron "pírdula" y quedaron de guardia sólo los ojos, abiertos como escaparates. El Pulgón me preguntaba cosas que me llegaban amortiguadas, como si estuviera hablando a través de la sordina de una trompeta.




Nunca antes había visto una persona (en una pantalla o frente a frente) con un imán tan poderoso que desarma e inutiliza a quien la ve. No es guapa (que sí lo es). Es otra cosa que, en este momento, no sé definir.




Ahora entiendo tantas cosas que antes me parecían absurdas. Pagar millones por un traje suyo, peregrinaciones por lugares que fueron importantes en su vida... no tardaré en forrar una carpeta con fotos. Pero no la enseñaré, que ya no tengo dieciocho.