24 June, 2011

Lo que me he perdido: Starmus

Ha sucedido en Tenerife y en La Palma. Un festival que ha sido una mezcla imposible y mágica. Y ha pasado aqui mismo. Y yo no he estado. Mira que me entero de un montón de noticias idiotas, y he de reconocer que algo sabía de una especie de convención de astrofísicos, con cosmonautas importantes invitados. Pero no ha sido hasta hoy, que escuchando en Asuntos Propios a Tony Garrido entrevistando a Garik Israelian (mi nuevo amor profundo, aunque él, pobre, aún no lo sabe), un armenio magnético que es el director del Festival y que ha explicado algunas cosas que me han hecho casi llorar de pena por no estar allí.
Para empezar, contaré que de chica me obsesionaba la llegada del hombre a la Luna. Yo era muy pequeña entonces, para los que estén echando cuentas. Tan pequeña que, de hecho, creo que ni siquiera había nacido. Bueno, el caso es que quería ver todos los telediarios y recitaba con voz de pito el nombre de los tres astronautas del Apollo XI: Aldrin, Armstrong y Collins.


Desde entonces, la luna (en su faceta más científica y menos romántica), y las imágenes en blanco y negro de astronautas y despegues desde Cabo Cañaveral, ocupan una estantería entera en Mi Lugar. Es un vínculo con mi niñez que no sé expresar muy bien, pero que siento clarito, clarito por dentro.
Pues bien: han estado aquí, a pocos kilómetros de donde yo me lavaba los dientes, conducía hacia el trabajo y veía "Sálvame" sin sonido con un ojo cerrado y otro abierto... ¡¡Aldrin y Armstrong!! (que, por cierto, como espectadora de "Sálvame" no puedo dejar de comentar que no se hablan desde hace un montón de años, y que en la isla no han coincidido en ningún momento). Ya sólo por eso yo debería haber estado ahí.
Pero el Festival era mucho más: conferencias sobre astrofísica, extraterrestres y Dios. Arte. Fotografía del Universo. ¡¡¡Una Star Party en el Teide!!!
Y como colofón: concierto de Tangerine Dream con Brian May (guitarrista fundador de "Queen", pero además, astrofísico, Rector de una Universidad de Liverpool y un enamorado de las islas). En este Festival tan especial no se podía hacer música convencional, así que han cogido los sonidos de las estrellas que graba Israelian (sí, las estrellas del cielo cantan) y han hecho música.
¿Es o no es para tirarse de los pelos hasta quedar calva y comprar luego una peluca que pique por toda la eternidad? Por tonta. ¡Que no te enteras, totufa!