23 May, 2009

Comedia romántica

Anoche vi "27 Vestidos" y quise matar a alguien, preferiblemente a Katherine Heigl, pero no se encontraba en los alrededores de El Sitio, así que la emprendí a golpes furiosos con un cojín de IKEA (dicen que son indestructibles, y dicen bien). Qué película tan cursi, predecible, empalagosa y (poner aquí adjetivos insultantes y malsonantes, que hoy estoy floja).




Pero el Destino no quiso que renegara para siempre de las películas de amor y me dedicara en cuerpo y alma a Spike Lee, así que me puso sentadita delante del televisor justo, justo, cuando sólo hacía cinco minutos que había empezado"The Wedding Date". Nunca pensé que me parecería tan emocionante (eufemismo) una historia en la que "ella" contrata a un acompañante (eufemismo de nuevo) para que se haga pasar por su pareja. Argumento novecientastreintaycuatromil veces utilizado anteriormente, pero con el pequeño detalle diferencial de que el galán se dedica profesionalmente a hacer felices a las mujeres (qué cansado es esto de los eufemismos, lástima que no tenga dos rombos y me ahorro tanto rodeo). No podía imaginar el campo inmenso que deja a la imaginación semejante sinopsis.
Otro descubrimiento que he hecho hoy, éste triste: no tengo amigas. Ni amigos, si a eso vamos. Porque nadie me dijo nunca que me fijara atentamente en Dermot Mulroney. Qué triste.
Pues para que mis amigas y amigos vean que no les guardo rencor, un regalito. No se puede ver este video en compañía de novios, maridos, hijos ni padres. Solos tú y él.

06 May, 2009

Ídolos

"Soy a la Literatura lo que McDonald's a la Gastronomía"
Lo amo.
Mi primera vez fue "El Resplandor". A partir de ahí, nuestra relación ha sido una constante, como un lunar que tengo en la muñeca, y que, en días de agitación, miro para asegurarme de que sigo siendo yo.
Como en todas las parejas, ha habido momentos malos, de esos en los que cierras el libro con tanta fuerza que los que están alrededor interrumpen lo que están haciendo y te miran. Y si no hay nadie de carne y hueso alrededor (de dos o cuatro patas), el aire parece que te interroga también. Como todos se merecen una respuesta, suelo darla en voz alta. "Pero ¿este hombre qué se cree? ¿Qué voy a tragarme toda la mediocridad que tenga a bien escribir? ¡Vamos, eso faltaría! ¡¡¡Última vez!!!". Los seres vivos e inertes reflexionan: "Ha tenido un Mal Libro. (suspiro)".
Pero, como en todas las parejas, ha habido escenas memorables, reconciliaciones de fuegos artificiales, noches de violines de fondo y cena con velas. En esos momentos, también cierro el libro con fuerza, me echo hacia atrás en el sillón (si voy leyendo las últimas páginas por la calle, cosa que hago a menudo, aún a riesgo de mi propia vida, el amor es lo que tiene, no me echo hacia atrás). Suspiro de satisfacción y veo serpentinas volando a mi alrededor, y confetti, y marjorettes y todo lo que tenga dos tés y suene festivo. "¡¡Qué bueno es éste!! Qué cacho historia, qué viva me siento. ¡MÁS! ¡QUIERO MÁS!"
Y así a lo largo de más de cuarenta libros. Y, casi, casi, treinta años. No contemplo el divorcio, esta montaña rusa es demasiado divertida.
¡Gracias, salao!