17 February, 2007

Tara



¡A Dios pongo por testigo...!

Este es el espectáculo gratuito e irrepetible que se me ofrece.

Y se me quita cualquier pena, desilusión, irritación que pueda llevar en los bolsillos.

Llego a El Sitio un poco sucia, de los malos humores propios y ajenos que se me han pegado a la piel; cansada, y quizá, hasta aburrida. Una hormiga diminuta cuyo ajetreo no tiene importancia alguna en el Esquema Universal de las Cosas.

Me bajo del coche, piso la tierra roja de El Sitio, veo la pantalla gigante de "home cinema" que alguien ha montado al aire libre, y abro la boca, los ojos, los oídos. Respiro de una sola vez todo lo que me rodea. Y entro en la casa sintiéndome querida, mimada incluso. Sintiéndome parte fundamental de lo que me rodea. Me he vuelto gigante.

4 comments:

Raquel said...

¡¡¡Dios, qué foto!!!!

Arde Tara y tú estás arrebatadora con ese mechón en la frente.

Biznaga said...

¡¡Impresionante de verdad!! Se queda una sin respiración ante tanta belleza...

Anonymous said...

Justamente el sábado emitieron la película en TV3. Llevaba tiempo sin verla casi entera. Y sí, te puedo decir que la vista no tiene nada que envidiar a la de esa escena.
Pero aparte de eso, entiendo el sentimiento. Yo lo he experimentado en Alemania, a orillas del Rhein, donde confluye con el Main. También en Kaiserslautern... Son sitios preciosos. Y la depresión de la vuelta a Barcelona, ni te cuento. Mi madre no lo entiende, pero debe de ser que yo llevo algo de sangre centroeuropea en mi interior, no?

Elbereth said...

Impresionante la creación, puro diseño y belleza...Por aquí me pasa lo mismo con las montañas, no dejo de asombrarme por más que las haya visto miles de veces....Me alegro que perdure en tí la capacidad de disfrutar. Un beso grande.